martes, 19 de noviembre de 2013

Padres e hijos hablando del futuro, ¡qué diferencia!

¡Hola a todos y a todas!
Ayer publicaban en the Huffington Post, (periódico digital que dirige Montserrat Domínguez, quien en su día presentó y dirigió informativos, además de coberturas especiales), un artículo muy interesante y que me hizo reflexionar.
Se trata de un "experimento" sociológico, titulado Ainda dá Tempo ("Aún hay tiempo"), en el que se pregunta a varios adultos cómo imaginan el futuro del mundo y, después, se les muestra a sus hijos hablando de lo que quieren ser en el futuro. A través de un vídeo nos muestran la diferencia que existe entre cómo imaginamos el futuro los adultos y cómo lo imaginan nuestros peques. 
Señala el artículo: En el vídeo, en portugués con subtítulos en inglés, se aprecia el contraste. Los adultos ven el futuro más negro ("La verdad es que no creo en un mundo mejor, creo que las cosas sólo van a ir a peor"; "va a haber más guerras"). Los niños ven su futuro lleno de posibilidades: una quiere ser artista; otra, doctora; otra, gimnasta; otro quiere "montar en monopatín"... "Si [de mayor] soy profesora quiero enseñar un montón. Y si soy veterinaria quiero cuidar muy bien a los animales", dice una de las pequeñas. Otra quiere poder "cuidar de niños, ver si están enfermos". Otra hacer ropa que brille. Todos sonríen. Y todos emocionan a sus padres.
Este vídeo "es un proyecto independiente que busca que las personas nos demos cuenta que para conseguir un cambio primero hay que pensar que es posible. El mundo nos pertenece a todos y necesita nuestro optimismo para que un cambio sea un cambio real (...)", explican sus autores. "¿Cómo se van a convertir los sueños de tu hijo en realidad si no existe un mundo mejor?", se pregunta al final del vídeo, que ha sido visto más de 600.000 veces en los últimos días.
¡Tenemos tanto que aprender de la energía y la ilusión de los niños! 

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